Al revisar las estadísticas en ciberseguridad uno no deja de sentirse abrumado: los costos del cibercrimen bordean los US$ 6 trillones de dólares a nivel global; diariamente se producen más de 230 mil nuevas muestras de malware; hay al menos 18 millones de sitios web infectados; las organizaciones tardan 290 a 320 días en contener un incidente. La lista de ejemplos es interminable. Pese a ello, muchas organizaciones aún no asumen -o no comprenden- cuán cercana y real es la amenaza para ellos y siguen invirtiendo en sus negocios sin protegerse adecuadamente.
Después de muchos años de esfuerzos, en las culturas más tecnologizadas se está comenzando a crear conciencia en el tema, lo que ayuda a revisar el estado de la ciberseguridad a nivel de sociedad, de mercado, en cada negocio y a nivel personal. El problema, que afecta transversalmente a todos los actores, es la inversión -o costo- que va asociado a la mejora de los estándares.
No son pocos los que desestiman la ciberseguridad porque creen, está generando trabas en la inversión del producto mismo. Para ellos, la seguridad informática es compleja, inentendible y es un costo que difícilmente pueden traspasar a los consumidores sin que ello pueda perjudicar su competitividad comercial frente a otros oferentes menos escrupulosos o mercados sin tantas regulaciones. Además, muchos de ellos no han experimentado las consecuencias de un ataque cibernético, al menos no uno que haya paralizado sus negocios. Pero ese es precisamente el punto.
Muchos de los que han invertido en ciberseguridad lo han hecho porque fueron víctimas de un ataque que puso en riesgo su negocio. Llegar hasta ese punto para crear conciencia es peligroso y poco saludable, es por eso que utilizamos estadísticas y ejemplos, para evitar padecer las consecuencias que otros ya han sufrido.
Asumir el riesgo de seguir adelante sin invertir en ciberseguridad puede ser una estrategia muy peligrosa. La eventualidad de enfrentar un ataque, especialmente cuando tu empresa va madurando, ampliando sus servicios y complejizando su operación y organización, solo aumenta el riesgo. El 90% de los atacantes tienen motivaciones económicas y un 10% de espionaje. Eso quiere decir qué en 9 de cada 10 ataques, lo que los cibercriminales buscan es quitarte tu dinero. Por lo tanto, si tu negocio sigue creciendo puede volverse un blanco interesante para los atacantes.
No pongas en peligro tu empresa y la confianza de quienes invierten en ti. Un ataque puede afectar el valor de tu emprendimiento, la confianza de tus clientes y hasta la continuidad de tus servicios, hasta llevarte al colapso. Hoy tienes la oportunidad de contar con tecnologías inteligentes para gestionar el riesgo de tu negocio y en Camel Secure tenemos lo que necesitas. En Camel Secure sabemos cómo manejar el ciber riesgo de tu negocio.